Clasificación de riesgo de Chile bajo presión: economistas ponen foco en medidas procrecimiento
Agentes coinciden en la necesidad de que el país atienda sus puntos más débiles y logre acuerdos para levantar la productividad.
- T+
- T-
Nadie en el mundo económico quedó ajeno a fines de la semana pasada a la decisión de Standard & Poor’s (S&P) de mantener la calificación de riesgo de Chile en A, al mismo tiempo que modificó su perspectiva de “estable” a “negativa”. O sea, si los puntos débiles no se atienden, en un año o dos, el país podría perder el alto peldaño en que hoy se ubica y que indica la capacidad para cumplir con las obligaciones financieras.
“Sin duda, es una mala noticia”, reflexiona el economista jefe de BTG Pactual, Pablo Cruz, quien pone el foco en la argumentación de la agencia para la rebaja del Outlook: débil consenso político que demora la aprobación de políticas públicas significativas que impulsen el crecimiento y fortalezcan su posición fiscal.
Como lo plantea el economista jefe para el cono sur de JP Morgan, Diego Pereira, “la conjugación de mayor gasto público y tasas de interés globales más altas, a la luz de la falta de consensos políticos sobre la estrategia de equiparar trayectorias de recaudación y gastos permanentes y la caída del crecimiento potencial, han situado a la economía chilena en un equilibrio que conlleva mayores niveles de endeudamiento”.
“La deuda en los próximos años volverá a niveles no vistos desde los 80, lo cual sitúa al país en un escenario de mayor vulnerabilidad al que mostraba previo al estallido social y la pandemia”, dice Diego Pereira, de JPMorgan.
El representante del banco norteamericano advierte que “la deuda en los próximos años volverá a niveles no vistos desde la década de los 80, lo cual sitúa al país en un escenario de mayor vulnerabilidad al que mostraba previo al estallido social y la pandemia”.
De hecho, la economista principal de BCI Estudios, Francisca Pérez, critica que ya son “cerca de 10 años” “en donde no hemos sido capaces de sentarnos para promover una real agenda proinversión, procrecimiento y a favor de mejorar la productividad”.
Para la analista, el cumplimiento de la meta fiscal y de un déficit de 2,2% del PIB para 2024 es “bastante difícil”, y si esto no se corrige, “podríamos ver una baja en la clasificación de Chile en los próximos 24 meses”.
¿Y si baja la nota soberana?
Pese al ambiente de preocupación que dejó la decisión de S&P, para parte del mercado se trata de un hecho esperado.
“Este anuncio ya estaba internalizado por el mercado, por lo que el efecto en tasas debiese ser acotado”, asegura Cruz, y añade el dato de que actualmente Fitch mantiene una nota de calificación crediticia un escalón más bajo que S&P.
A su juicio, el efecto podría ser que la deuda chilena “pueda ser percibida como más riesgosa por parte de los inversionistas, los que exigirían una tasa de interés mayor a los bonos de gobierno”.
Desde Inversiones Security, explican que un cambio en un escalón en la calificación crediticia implica un aumento de unos 30 puntos base en las tasas de largo plazo.
“Si bien vemos que las tasas han ido mostrando un aumento en la probabilidad de rebaja en la clasificación crediticia, esto no estaría completamente internalizado”, dice Marcela Calisto, economista de la entidad. De materializarse, especialmente si viene acompañado de movimientos de otras agencias, agrega que se podría ver una respuesta más marcada en los intereses.
A nivel político, los ojos están puestos en el plebiscito del 17 de diciembre. “Se han observado avances respecto al proyecto anterior, donde las propuestas de ser aprobados podrían haber producido un mayor efecto negativo en las inversiones, sin embargo, es cierto que las encuestas dan por ahora como ganador al rechazo, y existe incertidumbre respecto a si se planteará un nuevo proceso o mantendremos la actual constitución”, concluye Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones.
Las visiones con las que chocó el llamado de Marcel
Ni el informe de S&P ni el llamado del ministro de Hacienda, Mario Marcel, a avanzar en un acuerdo fiscal parecieron mover mucho la aguja en la oposición. De hecho, el viernes más bien se escuchó el rechazo a la idea de subir impuestos y se insistió en medidas pro crecimiento.
El presidente del Senado e integrante de la comisión de Hacienda, Juan Antonio Coloma (UDI), insistió en que hasta ahora el Gobierno ha planteado un tema de impuestos. “Se ha planteado el eje de su acción y, obviamente, con ese diagnóstico el entendimiento es complejo”, dijo.
Coloma cree que se valoraría en el mundo “un acuerdo respecto de cómo se crece, cómo se invierte, cómo se desarrolla Chile”.
El jefe de la bancada de diputados gremialista Guillermo Ramírez, complementó con que las perspectivas económicas de S&P para Chile se explican con la falta de crecimiento y pese a ello –recalca-, “el Gobierno sigue insistiendo en las malas ideas”. Y aunque se mostró dispuesto al diálogo, añadió que “nos vamos a seguir hundiendo en este hoyo si el Gobierno no cambia las propuestas que tiene sobre la mesa, porque estas ideas clásicas socialistas, jamás han logrado hacer que una economía tenga buen desempeño”, advierte.
Desde RN, el jefe de la bancada de diputados, Frank Sauerbaum, dijo que “también creemos que el alza de impuestos que el Gobierno propone es inadecuada. Hay que tratar de dar facilidades a los inversores y no al revés; e introducir una agenda anticorrupción clara y concreta”, detalló el parlamentario.